Aristóteles habló
del mundo sublunar, en el cual existía la generación y la corrupción, pero
también habló del mundo supralunar; el perfecto, donde vivimos como sólo
almas.
Ella
y yo conocemos la verdad sobre los días impares, porque la atmósfera de esos
días no nos permite respirar bien. Mantener el ocio es lo mejor que sabemos
hacer, y llegará el día en que nos paguen por seguir haciéndolo.
No
comprendo si me quiere más el lunes que el martes, teniendo en cuenta la
cantidad de comida que ingiramos en esos días, o la cantidad de cigarrillos que
gastemos, o los litros de Coca-Cola que tomemos.
Vamos
a caminar de vez en cuando hasta la ruta de lo inexplicable para ir a tomar el
padrón que nos lleve a casa, siempre tranquilos, hablando de lo que nos pasa y
de aquello que ocurre en las vidas de los demás, ella es Medicinals.
Confiamos
en los satélites, en esos que giran al rededor de los dos, creando anécdotas y
jugando con los comentarios sin flujo de Internet, como si se tratara de un
juego de apariencias. Y la noche llega, listos para ir por más cigarrillos
blancos o con filtro color naranja dulce fermentada.
Las
pequeñas dudas se vuelven gigantes, pero no las imaginamos. ¿Cómo nos
encontramos?, nos encontramos siempre que nos damos las coordenadas, los
lugares son objetivos, pero buscarlos son trabajo subjetivo. La oscuridad rodea
las posibilidades hasta que vamos por charla y aire.
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