Desde pequeño me he interesado por la escritura, y uno de mis sueños es ser escritor, aunque argumentativamente lo logro, siento que algo me falta. Los apuntes son una herramienta importante, en mi caso, los apuntes me ayudan para sostener argumentos, recordar cosas importantes, y anotar los libros o películas que el profesor suelta en la clase.
El primer paso para tomar apuntes es tener una agenda o cuaderno, tener un lápiz o lapicero, quizá una pluma. El segundo paso es tener cariño a la agenda y al objeto con tinta; personalmente no presto mis lapiceros, y no dejo que las otras personas garabateen sin ninguna razón mis agendas. Además, considero que cada persona tiene un estilo y alguna manía en el orden de los apuntes, en Internet hay muchas páginas que presentan maneras de ordenar, aunque considero que uno puede dividir las hojas en las partes que uno desee.
Hay veces en las que me aburría en clase, y hacía un espacio para dibujar, luego le echaba color, hay un espacio para anotar conceptos -todo depende de la carrera que se estudie-, y hay espacios para las notas que entran en materia, según la clase. Saliendo de las clases, cuando voy a una conferencia, tiendo a anotar frases sueltas, o a veces escribo imparablemente, en este momento quizá eufórico para mí, escribir me ayuda a entender.
Tener la letra fea o bonita no implica en nada la organización de los apuntes, la letra nos representa, es un sello personal. Cada letra es un mundo. Me fijo mucho cuando alguien escribe, la manera en que la mano se posiciona, los gestos casi insospechados, la forma en que se toma el lapicero, y claro, la letra, eso -me- dice mucho de las personas. Aprender a tomar apuntes no es complicado, hay que saber querer lo que son nuestras herramientas de escritura, algo tan básico como eso ayuda mucho.
Creo que hasta acá podría ser mi experiencia con los apuntes, sobre todo porque mantengo una estética, donde las manchas pueden volverse una ilustración, una gota de agua o una lágrima pueden ayudar a formar una flor dibujada, o donde una línea salida por un empujón puede ser un cubo en tercera dimensión.
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