Un día ya vivido

30 de julio de 2018

Sólo puedo pensar en que nada me puede afectar, debo estar preparado para lo que viene, y es desconcertante, sé qué debo terminar y qué debo comenzar, pero hay obstáculos, actitudes y personas que no me ayudan, en contraposición hay amigos, objetos bonitos y música. Y en vez de estar sentado en el sofá, podría salir, bañarme, leer, jugar, y otras cosas. Nada me falta, y quizá por eso me siento así, o quizá alguien me necesita y no me quiere decir. Ayer me estaba quedando dormido cuando me llamó una amiga, fuimos a una panadería, hablamos mucho y luego se fue. Así va mi vida, y es agradable, adecuado, bonito.

Qué más se puede pedir, aunque poco a poco voy dejando de ser el pos-adolescente, lo digo porque he cambiado mucho, y lo sé porque me he leído. Es increíble leer la primera entrada de este blog y tratar de recordar lo que pensaba, lo que sentía en aquel momento. Nada es igual.Un día ya vivido es aquel donde lo monotemático me domina, no hay espacio para nada más, y cada pensamiento es ocultado por las ganas de permanecer en silencio. Las personas se van, las nubes cambian, pero la ciudad siempre permanecerá en este lugar montañoso y ruidoso.


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