2020

He comenzado con muchas cosas a la vez, quizá no pueda soportarlo todo, pero trato de hacer aquello que esté en mis manos, en mi mente, en mis habilidades. No soy capaz, a veces, de poder responder a todos los estímulos que me rodean, no soy capaz de pensar en muchas cosas a la vez, pero lo más importante, no soy capaz de mantener una paz interior, porque se me ha salido del camino aquello que a la final es indomable, los afectos.
No hay manera de controlarse completamente, creo que todo depende del entorno en el que uno se encuentre, y la hostilidad que me rodea es incontrolable desde donde estoy. Quizá tengo la culpa de sentir que todo no tiene sentido, por la manera en que me desdoblo ante los demás, es como una indefensión aprendida, y no puedo hacer mucho, porque cuando rompo el silencio pueden salir cosas que no quiero.
Mi cerebro es un arbusto complejo que ni yo mismo entiendo. Quizá años atrás pensaba que era especial, pero hoy me doy cuenta que no, por el contrario, no hay nada de especial en alguien que se preocupa, que convulsionadamente trata de ser un buen ciudadano, todo de eso es un intento de..., pero nunca pienso en un para..., si a la final termino por presentar un afecto de modestia que es mutilado. Y llega la idea de que estoy afectado por una alegría incompleta, algo que no se puede tocar, pero que está ahí, haciendo que me sienta mal.
No tengo muchas ideas interesantes como antes, no me surge algo diferente, estoy estancado intentando escribir algo sobre casa y calles, pero eso no es todo, escribir no es solamente lo que no puedo hacer, tampoco puedo pensar diferente, me estoy marcando dentro de una caja apretada, algo de lo cual aún no puedo salir, esa caja se llama familia, y me asfixia como una cuerda al cuello.
Quizá volver al hábito de ver películas y leer filosofía sea lo mejor. Anoche cerré Twitter, porque siento que pierdo mucho tiempo allí, y eliminé aplicaciones de redes sociales como Facebook, e incluso cerré algunas cuentas sin eliminar las aplicaciones, como Instagram. He llegado a tener tecnoestrés, algo que no imaginé tener, pero se me descontroló la vida social, y es mejor acabarla desde la raíz. Ojalá pueda entrar a estudiar, y eliminar definitivamente WhatsApp, es mi único sueño. 

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