Estado glacial


 A veces es tan complicado concentrarse en lo más importante, ¿por qué será?

Suelo arrepentirme de mis errores, pero siento que hace parte de mí el tratar de evitar cosas para después padecer. Y luego me quedo solo, pensando en lo que ha sucedido. La imaginación cobra más potencia, y me da el impulso para seguir, pero es a partir de la tristeza, porque no todo es alegría. Es necesario estar triste a veces, para darse cuenta de que no todo es estable, de que el cambio es permanente, y que nadie está ahí fijo, en el mundo.

A veces siento que no me quedan bien las cosas, y es porque nadie me dice nada.

Hay algo llamado infravaloración  de la personalidad, y todos en algún momento lo sentimos, pero no es bueno convivir con eso a diario. La infravaloración resulta como un autocastigo, lo que llamaría Spinoza: la abyección, y que se resume en un desprecio propio, donde no se debe permanecer por mucho tiempo. A pesar de que sé estas cosas, suelo caer en el miedo al mal valorarme, y me tropiezo al levantarme, pero me levanto, y espero siempre hacerlo. Lo importante, sigo creyendo, es que en el fondo puede ser que aún tenga un rescoldo de potencia, el cual evita en mí el estado glacial.

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