Después de un tiempo

En ocasiones suelo pensar en lo mucho que me gusta hablar. Constantemente solía organizar mis palabras en una conversación, y pareciera que jamás lo dejo de hacer desde que decidí ser profesor de bachillerato. Sin embargo, siento que las palabras se me olvidan, que los conceptos los tengo más desdibujados y que cada cosa que digo le falta algo. A veces siento que ciertos acontecimientos deberían ser llamados por una sola palabra, cosa que me gustó de la filosofía porque en su aprendizaje hay palabras con un nivel de complejidad alto que designan muchas cosas.

Después de un tiempo de tanto pensar en lo que soy y en lo que digo, me veo como alguien distinto y seguro, pero que crece lento y sereno, a la vez que muere como las palabras al terminar de ser tecleadas. Los datos que consigo ahora están dados en espacios nuevos y de los cuales no termino de adaptarme. 

Ojalá algún día pueda darle significado a aquello que hoy me deja sin voz, en la penumbra y en el olvido.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares