Sexta parte: Perdiendo a alguien

Ya es costumbre escribir eso de que "hace mucho no escribía acá", pero bueno, eso es cierto. Sin embargo siempre traigo algo nuevo. Hoy, por ejemplo, me he puesto a pensar sobre las pérdidas que he tenido, amigxs que murieron o que simplemente morí para ellxs, y he recordado el apartado seis de El murmullo de los fantasmas, donde Cyrulnik habla de la alianza del duelo y la melancolía. A partir de estos dos conceptos pretendo sopesar mi malestar, y dejar de lado ese desgaste energético que me produce el estar triste y en el pensar malsanamente en ideas de vertedero.

El título de este apartado me deja entender que siempre estamos en una constante pérdida, ya sea de objetos inanimados como de animados. Y así hasta llegar hasta las vidas que nos acompañan en la cotidianidad. Por ahora les hablaré del duelo, luego les hablaré del termino "pérdida", que me parece fundamental en la construcción de entornos saludables para nuestra tranquilidad. La manera de protegernos es reconocer que no somos capacez solos con nosotrxs mismxs.

Decidí retirarme de la batalla que tenía contra el enfrentamiento existencial que me producen las cordilleras de la tragedia y el peligro de vivir. Lo anterior me salió de una canción, pero, hablando muy seriamente, y entendiendo que en últimas esto hace parte de voces con las cuales converso, quiero expresar la complejidad de perder a una persona, sobre todo cuando se es muy joven para poder simbolizar las pérdidas. Pienso que como adultos debemos ser lo sificientemente cuerdos para comprender que las pérdidas no son nuestra culpa, y aunque duela mucho que alguien no esté, es necesario que, con esa pérdida, vayamos reforzando la idea de que como humanos somos vulnerables.

Todas las espinas que uno tiene en la cabeza deben irse quitando poco a poco, aunque duela. Si entendemos que entre el duelo y la melancolía hay una alianza, será posible que se tejan vínculos y formas de acercarnos a los demás, ya a quienes han pasado por situaciones similares a las de uno, ya a quienes sean agenos a los sentimientos que tenemos por nuestras pérdidas. Pero en termino final, una persona de confianza e invaluable será valiosa para que nos hagan reconocer los sentimientos que a veces no alcanzamos a simbolizar.