Una persona en búsqueda de su querer
En una época, había una familia hegemónica conformada por papá, mamá y un hijo. El niño siempre deseó tener un hermano que le hiciera compañía, y en algún momento presentó la demanda de un hermanito a la madre. La familia vivía en un barrio de mucho comercio, había una plaza, muchos carros, basura por todos lados, y a dos cuadras quedaba el colegio del niño, el cual recurría caminado con su madre, siempre de la mano.
Un día, el niño llegó a la casa, él, muy calmado, hablaba poco, no se sentía cómodo con los demás, se acercó a la mamá y habló con ella, y sin ninguna molestia ella le dijo que él iba a tener un hermanito. El niño feliz, fue a ver televisión y a imaginar historias con su futuro hermano. La familia salía muy seguido a comer y a lugares donde el niño pudiera divertirse, contenta con la noticia.
Después de un tiempo, los papás estaban muy ocupados trabajando, así que el niño tenía una niñera y un empleado del padre que lo llevaba al colegio. En la mayor parte del tiempo el niño se sentía solo, pero eso no era un problema, pues estaba muy feliz al saber que su hermano ya casi estaba por nacer. Pasaron los días y el niño se sentía incómodo con el empleado del padre, el cual lo llevaba al colegio agarrado de la mano, y lo más desagradable para el niño: el olor, pues el señor trabajaba en un frigorífico.
El día que la madre ya tenía los dolores, el padre llamó a la niñera, pero ella por cuestiones desconocidas no pudo ir, así, el último recurso para el padre fue llamar a su empleado. El señor llegó y el padre desesperado salió hacia el hospital donde estaba la madre. El niño muy afanado y con sueño se acostó, trato de dormir, pero el desconocido no dejaba de mirarlo. Después de que el señor cenó, silenciosamente fue a dormir con el niño, se sentó en la cama como si nada estuviera ocurriendo, el niño era muy tímido e inocente frente a todo el mundo; en especial a sus padres a los cuales no contaba casi nada, llegó la oscuridad, el silencio ensordecedor para el niño resonó, y todo se derrumbó frente a sus parpados. En la madrugada, el padre tocó a la puerta, y el señor abrió como si nada estuviera ocurriendo, el padre preguntó por el niño y el hombre dijo que estaba durmiendo, en efecto, el niño no respondía ya a nada, ni a sus pensamientos.
Al día siguiente el empleado del padre se fue. El niño no volvió a ver la vida como se suponía se creería con un nuevo hermano, al contrario, lo odió por un tiempo, pero lo trataba como si en realidad fuera una buena noticia. Los papás nunca se preguntaron por qué actuaba raro, por ejemplo: no hablar, o no volver a llorar, o no pedir juguetes. Sin embargo, el niño seguía su vida común y corriente, como si nada hubiera ocurrido.
Al pasar el tiempo, siendo el niño ya adolescente, empezó a sentir que los hombres le llamaban la atención, pero siempre se rumoraba que los hombres ‘violados’ terminaban siendo violadores o “maricas”, lo cual ponía al joven en una situación demasiado triste y conflictiva. Al final el joven se resignó, y siguió con su vida, tuvo novias, tuvo conflictos con su manera de ser con los hombres, y se caracterizaba por su alejamiento con los demás. Los padres siempre creyeron que él sería un buen hombre, tendría una esposa y tendría hijos, pero eso a él no le interesaba.
Pasó mucho tiempo sintiendo que nada le agradaba; como ir a fiestas o “de rumba” como el resto de sus compañeros, en especial, participar en actividades en las que tuviese que relacionarse con las demás personas. Después de un tiempo, entró a la universidad, y se dio cuenta que la mente humana es conflictiva, despiadada, cruel, desprolija del entendimiento del otro; sin embargo, encontró personas que lo aceptaron, autores que le dieron ideas y argumentos para entender aquello que realmente sentía, profesores que le ayudaron a comprender el mundo de “las personas que no saben qué son”; y gracias a esto, suprimió las ideas de ser un desperdicio por tener gusto por algunas personas. Ese niño actualmente ya comprende aquellos mitos y ha dejado los tabúes, lleva una buena vida, superó aquello que pasó en su infancia, y él, sin importar lo que devenga, sabría que hacer.
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Muchos niños alrededor del mundo sufren de abusos sexuales que afectan su vida social, afectiva, sexual, entre otros problemas que no son visibles fácilmente. Las autoridades en diferentes países tratan de concientizar a los padres para que nunca dejen a sus hijos solos, y menos con una persona poco fiable.
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