De los gestos contenidos a la soledad consciente
Hoy no escribo para hacer catarsis gratuita, ¿saben?, hoy escribo porque a veces escribir es el único modo de no traicionarme. Llevo un tiempo sintiéndome profundamente solo, no es una sensación nueva, pero aquí, en esta ciudad donde todo parece calmo por fuera, esa sensación se hace cada vez más densa. Es como una humedad invisible que lo empapa todo, incluso cuando el sol brilla. Tengo comodidades, un trabajo estable, una especie de rutina organizada, y sin embargo, no tengo cerca a las personas con las que realmente me gustaría compartir mi vida. En Riohacha no logro formar vínculos reales, vínculos que me hagan sentir que pertenezco. Las conversaciones que tengo parecen surgir más por necesidad que por interés genuino en quién soy. Es frustrante, porque siento que no importo por lo que soy, sino por lo que puedo dar. A veces pienso en volver a Bucaramanga, no porque sea un paraíso, sino porque allá, al menos, había una red afectiva más honesta, gente con la que no necesitaba explic...